Los dirigentes presionaron a la lavandería para que les dé los uniformes lo más pronto posible. Pero las casaquillas se las devolvieron de color crema. Lo que ocurrió fue que los encargados de la lavandería se olvidaron de despegar las insignias y a la hora de meter el juego de camisetas al agua las insignias rojas se fueron destiñendo y terminaron dejando los uniformes con una sorprendente coloración crema.

Otra versión dice que poco antes del debut 
oficial se mandaron a confeccionar las camisetas, y en la fábrica se equivocaron de color, enviando el uniforme color crema. Como el primer partido era muy pronto, optaron por jugar con ese color y como el resultado fue bueno, quedó para siempre.